Equívocos e inequívocos
Ya va cumplidito el mes de enero en Sevilla. Ya se escuchan por plazas y descampados las bandas de música que acompañarán las procesiones de Semana Santa, ensayando las composiciones propias de la Cuaresma sevillana, mil veces repetidas, mil veces escuchadas, mil veces memorizadas. Desde estas fechas hasta… incluyamos también, el Domingo de Resurrección, circularán por los cientos de miles de correos electrónicos y por las mayorías de cuentas de Redes Sociales, vídeos o MP3 de pasos, cofradías… y escucharemos en el coche que ha parado al lado en el semáforo en rojo, distintas marchas procesionales, saetas… Curiosamente, a este sainete video-musical se le pone fin cuando el cuerpo de aquellos cibernautas y conductores difusores de esa pseudo-fe, se predispone, dos semanas después del Domingo de Resurrección, a cambiar el hábito propio de su hermandad, con capirote incluido, por el traje corto con sombrero de ala ancha y caballo “de postín” o en su defecto el de “faralaes” en las muj